06/03/2024
Julio Velarde: Una Breve Semblanza
Realizado por Gonzalo Pastor (egresado de la carrera de Economía, 1978)
Nuestro estimado presidente del BCRP fue nombrado profesor emérito del la Universidad del Pacifico hace unas semanas. En dicha ocasión abundaron elogios a su persona que fijaron una valla difícil de superar para otros queriendo ilustrar los logros profesionales de Julio. [1]
Aquí mi aproximación, sin embargo.
Julio creció, como muchos de nosotros, en un Perú de muchas contradicciones y retos. Contradicciones en tanto a la desigualdad de ingreso nacional y regional, que aun persiste. Y retos, en tanto presidentes demócratas, como caudillos militares, trataron, repetida, pero infructuosamente, de mejorar el nivel de vida de los peruanos y elevar el ranking de Perú en la lista de bienestar de naciones.
El clímax de dichos esfuerzos frustrados por mejorar el bienestar de los peruanos ocurrió en el contexto de la hiperinflación peruana de finales de la década de 1980. Periodo de crisis económicas y sociales agudas en casi todo Latinoamérica, que resultaría en la llamada “década perdida” y la crisis de la deuda externa latinoamericana. El caso peruano fue un caso extremo de manejo errado de política económica, sin embargo.
La buena suerte para Perú, y especialmente para algunos de nosotros que conocimos a Julio a finales de 1970, comienzos de los 1980, fue la coincidencia temporal de un Julio Velarde regresando de sus estudios de doctorado en la Universidad de Brown–lleno de ideas económicas tradicionales y alternativas para esos tiempos—en una época de severas dificultades económicas para el país. Profesores como William Poole, Jerome Stein y Herschel Grossman, muy posiblemente, solidificaron en Julio un buen entendimiento de macroeconomía, así como la importancia de pensar “out of the box” (fuera de la caja). Como fue, por ejemplo, el caso de las teorías de desequilibrio general desarrolladas por Robert Barro y Grossman, profesores de Brown en esos tiempos. William Poole, a su vez, debió sembrar en Julio la importancia de la política monetaria en atacar la inflación y la necesidad de continuo cuestionamiento de ideas, a fin de separar las ideas correctas de las ideas incorrectas en la implementación de la política monetaria.
Decenas de cajetillas de cigarros han de haber humeado la oficina de Julio en el CIUP, mas no impidieron su buena diligencia con sus alumnos (de micro, macro, monetaria, etc.) y su gran disposición para con los problemas macroeconómicos nacionales a la fecha.
El CIUP, y la Universidad del Pacifico, también albergaba en esos tiempos un buen grupo de jóvenes economistas escribiendo y discutiendo los problemas económicos del día. En particular, Carlos Boloña, profesor en la UP in miembro del CIUP, habría de ser, eventualmente, una persona clave en el esfuerzo (y logro) nacional en conquistar la hiperinflación peruana, esfuerzo al que se unió Julio desde los primeros momentos.
Pero, en la opinión de este autor, la contribución duradera de Julio Velarde al quehacer económico nacional ha sido la modernización del banco central, en términos de objetivos e instrumentos. Durante su larga estadía al mando del BCR, no solo hemos dejado de multiplicar los objetivos de la política monetaria y centrarnos en el control de la inflación, sino también la política monetaria ha ganado autonomía con la implementación de un sistema cambiario flotante, acompañado de un número de instrumentos de control monetario indirecto en apoyo de la meta inflacionaria de 2 por ciento. Con cero financiamiento inorgánico del déficit fiscal y un historial de tasa de inflación promedio anual de 2.3 por ciento durante 2008-2019, los peruanos hemos dejado de pensar en ese bicho económico llamado “inflación” en nuestro diario quehacer. Mucho de ello se lo debemos a la labor militante y acertada del BCR, bajo la presidencia de Julio.
Otra esfera en la modernización de la banca central peruana ha sido la vigilancia—en coordinación con la SBS–de la estabilidad financiera en paralelo al control de la inflación. En efecto, la experiencia de las crisis financieras de países emergentes (Asia y Rusia), seguida por las crisis de Lehman Brothers en 2008 y del COVID 19 en 2019/20, han requerido diestra maniobra de parte de la autoridad monetaria en alterar, cuando fuere necesario, planes de acción preconcebidos antes de la crisis y apremiar necesidades de liquidez del sistema financiero nacional afrontando el caos. De facto, ha sido la implementación de una “versión hibrida” de un sistema de metas explicitas de inflación, acompañada de acciones a preservar la estabilidad financiera. Muy en línea con las mejores prácticas internacionales.
Julio es además la versión andante de un banco central con transparencia y comunicación efectiva con el público, en general. No hay fuente alternativa con el conocimiento tan preciso de datos históricos y proyecciones a futuro que nuestro presidente del BCR. Conocimiento que es ofrecido en cuanta entrevista periodística ocurre o en presentaciones formales en foros de discusión nacional o internacional.
Por último, pero no menos importante, es la transformación de Perú en un referente de buen manejo económico, y monetario, en particular. Datos y proyecciones macroeconómicas de la economía peruana aparecen en casi toda lista de economías emergentes producida por los organismos financieros internacionales y bancos de inversión hoy en día. También, otros bancos centrales monitorean las acciones del BCR para con su tasa de referencia. La anécdota a recordar ocurrió durante la premiación de la revista The Banker a los mejores banqueros centrales ahí por 2012, cuando el famoso Stan Fischer, Gobernador del Banco de Israel (BoI) en ese entonces, premiado en dicha ocasión, le mencionó a Julio, también premiado, que el BCR, no había variado su tasa de referencia. ¡Sugiriendo, pues, que nuestro banco central estaba en la mira de otros bancos centrales alrededor del mundo! Recuerdo cuan atónitos estuvimos todos en la mesa al escuchar a Fischer decirle eso a Julio.
Con un equipo de economistas altamente calificado, el BCR—y los bancos centrales alrededor del mundo, en general—parece estar entrando a un nuevo terreno económico de tasas de interés relativamente altas, en comparación a décadas recientes, y más frecuentes choques de oferta mundial alterando la tasa de inflación. Estos últimos debido al cambio climático, pandemias, guerras y posible des-globalización pos-COVID. En el caso peruano, un hecho importante ha de ser también la desaceleración de la economía china, principal origen y destino de nuestras importaciones y exportaciones, respectivamente. La larga experiencia de Julio Velarde al mando del BCR y el conocimiento atesorado por numerosos economistas miembros del staff es nuestra mejor garantía para superar estos nuevos retos. ¡Así esperemos!
[1] Gustavo Yamada disertó una semblanza de Julio Velarde en dicha celebración.