01/08/2023
Una consultora en Australia
Stephanie Cannock. De la oficina en Perú de POSCO International a la sede australiana de Bain & Company, un gran cambio que no fue solo geográfico.
Gracias a uno de los convenios que la Universidad del Pacífico mantiene con universidades del mundo entero, en 2013 Stephanie tuvo la oportunidad de llevar un curso de cuatro meses en NEOMA Business School, una prestigiosa escuela de negocios con triple acreditación ubicada en Rouen, en el norte de Francia.
Se trata de una institución educativa considerada como una de las mejores escuelas de negocios de Europa y del mundo por influyentes medios de comunicación británicos como Financial Times y The Economist. Entonces estudiante de Administración de la UP, Stephanie siguió cursos de formación en Global Management en el campus francés a lo largo de cuatro meses. Ahí no se agotó la experiencia de vivir y competir en un entorno profesional globalizado y multicultural. Más bien, al contrario: fue un momento decisivo. “Ese intercambio me marcó. Me hizo pensar en el enfoque internacional para mi carrera profesional”.
Sus primeras prácticas preprofesionales las realizó en Lima. Primero, en el sector financiero, en el banco Santander, y luego en 3M e Inkafarma, desempeñándose en esta última empresa como Analista de Precios en productos de consumo. Estaba enfocada en el desarrollo de estrategias comerciales para liderar el mercado con los precios más bajos, cuando le llegó la oportunidad de trabajar en POSCO International, la compañía comercial más grande de Corea del Sur que comercializa en el mundo una infinita variedad de productos, desde electrodomésticos hasta automóviles, maquinaria industrial e insumos para agricultura, energía y construcción, entre otros. Únicamente seis personas conformaban el equipo en Perú. Como coordinadora comercial, Stephanie era la única mujer y la encargada de hacer negocios con las Fuerzas Armadas de Ecuador, Perú y Bolivia. “Vendíamos armas, submarinos de guerra… Mis reuniones de trabajo eran frecuentemente en cuarteles y algunas veces incluso en buques de guerra. Fue una experiencia interesante”, recuerda.
ALUMNI UP (AUP): Hiciste un MBA en la Escuela de Negocios de Harvard, en Boston, luego postulaste y obtuviste tu actual trabajo en la sede australiana de Bain & Company, compañía de asesoría y servicios empresariales. ¿En qué consiste tu trabajo?
Stephanie Cannock (SC): Bain & Company se define como una consultora global que ayuda a los creadores de cambios más ambiciosos del mundo a definir el futuro. Lo que hacemos es brindar un servicio de consultoría, es decir, ayudar a las compañías globales a solucionar problemas. Las compañías nos proponen retos (cómo reducir costos o incrementar ventas, cómo migrar a la digitalización, como crear una nueva línea de negocio, cómo pensar en una estrategia de acá a diez años para no verse afectados por los disruptores de startups que llegan al mercado) y nosotros les respondemos con soluciones basadas en informaciones de mercado, encuestas, entrevistas con expertos, modelos financieros, análisis de
data y demás herramientas.
AUP: Suena a trabajo monumental. ¿Cuán exigente y complicado es?
SC: Es bastante retador, dado que debes proponer soluciones innovadoras a empresas lideres en una variedad de industrias. La UP al ser exigente, me ayudó a ser más proactiva y disciplinada, lo cual es un gran apoyo para afrontar retos. Recuerdo que, en el último ciclo en la universidad, nuestro proyecto empresarial
consistió en armar un novedoso modelo de negocio que habíamos visto con mis amigas en Países Bajos, durante nuestro intercambio europeo. Teníamos que armar el negocio desde cero y sustentar que sea viable. Visitamos los mercados del centro de Lima para ver productos. Nos reunimos y entrevistamos a chefs. Nos
rompimos la cabeza buscando reducir costos y mejorar los ingredientes. Varias veces nos quedamos hasta altas horas de la madrugada trabajando en el proyecto, debido a que las cuatro personas de mi equipo estábamos realizando prácticas preprofesionales. Recuerdo que una vez fuimos a un chifa a comprar el
almuerzo, regresar a hacer una siesta en mi carro, y de ahí volver a clases. La UP me ayudó a buscar esa energía interna que yo tenía, pero que no sabía hasta entonces dónde estaba.